lunes, 10 de junio de 2013

Sí a la democracia, hoy más necesaria que ayer




Los españoles hemos cometido el error de creer que la lucha por la democracia acabó con la publicación de la Constitución de 1978. La realidad social española de paro y corrupción nos demuestra que la democracia es un valor por el que debe lucharse día a día. Es algo parecido como ir en bicicleta: si dejas de pedalear te caes.
 


 
Como ocurre en cualquier actividad humana, la corrupción se cuela cuando se dejan rendijas abiertas. El problema se hace endémico cuando esas rendijas se convierten en puertas abiertas de par en par y los mecanismos para atajar el mal no funcionan. Es entonces cuando se produce la situación peligrosa de pasar de la corrupción en la democracia a la corrupción de la democracia.
La diferencia entre las democracias y los regímenes totalitarios consiste en que en éstos la corrupción no se puede combatir por la sociedad por faltar medios y controles. ¿Estamos ya en la antesala del hartazgo de la política en la sociedad y de la aparición de soluciones apolíticas y tecnocráticas autoritarias?. La impotencia social ante la situación de corrupción actual ha hecho saltar la señal de alerta.
PP y PSOE tienen muy poco que presumir de lucha por la democracia: en sus Consejos de Ministros no se han sentado quienes lucharon por la democracia; el hecho más vergonzoso del PSOE lo constituye su traición a quienes dieron la vida por una sociedad socialista y su abrazo del neocapitalismo; los tesoreros del PP tienen a la cúpula del PP al borde de un ataque de nervios. Ninguna de sus propuestas contra la corrupción es sincera.
 Hoy, en Europa al menos hay ministros que dimiten porque parte de sus tesis doctorales estaban copiadas; hay ministros que van a la cárcel por mentir para evitar una multa de tráfico.
¿Por qué estos hechos no suceden en la España de hoy?. Porque hemos dejado de pedalear. Podemos superar la parálisis y la desesperanza porque hay solución a la corrupción. La clave está en una sociedad que se organiza y lucha por la democracia. Es posible dar la vuelta a la política y la economía hoy imperante haciendo que las instituciones sirvan a la sociedad y no a la banca. Un tribunal europeo ha sentenciado que llevamos más de cien años con una legislación hipotecaria hecha a medida de la banca. Y mientras la universidad, los tribunales y los científicos del derecho se callaron, un inmigrante demandó la injusticia de los desahucios y nos ha sacado a todos los colores demostrando que ninguna injusticia debe ser eterna. La corrupción se acaba cuando nos organicemos políticamente contra ella

viernes, 7 de junio de 2013

     

   Leido en el blog de la AVV Roses del Llobregat

Absoluto ninguneo de los desperfectos urbanos de Sant Feliu, que tienen indignada a gran parte de la ciudadanía. Las protestas y el cabreo por el gasto inútil que supone la remodelación del edificio de la Plaza Laujar 


 El otro día leyendo el blog de la asociación roses de llobregat, me impacto unas frases en el escrito que aun en día no las llego a entender, concretamente les parecía un derroche de dinero las obras de mejora del edificio y la plaza de laujar, (por cierto una revindicacion de la asociación de vecinos del barrio desde hace muchos años,  se pedia por el lamentable estado tanto del edificio como de la plaza) que quieren que se caiga a cachos como la antigua piscina cubierta, y que no puedan nuestros mayores utilizar la plaza por no estar en condiciones, esperemos que otra vez piensen en lo que dicen o escriben, pues no todo el monte es oregano  y respeten las peticiones de otras asociaciones y los vecinos de otros barrios, como los demas no nos metemos en las suyas, sino que las apoyamos como si fueran nuestras.

Esperemos que ahora no nos vengan con descalificaciones del tipo de adlateres subvencionados por no comulgar con sus ideas y ser libres de pensamiento, a otra cosa todos somos subvencionados con la misma cantidad unos lo destinamos al disfrute de los vecinos y otros para otras cosas.

                                                                                                  francisco jimenez